martes, 12 de julio de 2011

Un respiro para el Ibex y la deuda española a la espera de la reacción especulativa

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La prima de riesgo sobre la deuda soberana española alcanzaba hoy los 359 puntos básicos al comienzo del día, llegando a sobrepasar los 380 puntos, máximo histórico. Pero durante el día, la situación ha ido mejorando y los mercados han comenzado a ejercer menos presión sobre España, colocando la prima de riesgo sobre la deuda en 343 puntos. Tras una jornada de nerviosismo en el parqué, la bolsa nacional ha cerrado en 9.603 puntos, bajando en 67, lo que ha supuesto una caída del 0,69%.

Las dudas sobre la capacidad de resistencia de los bancos italianos y el segundo plan de rescate sobre Grecia en el que confía Durao Barroso (aunque la eurozona no excluya ahora la posibilidad de una quiebra parcial del país heleno) siguen resultando amenazantes.

Según José Carlos Díez, analista jefe de Intermoney (sígalo en twitter), ha manifestado que el problema de España es de liquidez, no de solvencia, y destaca que la semana pasada se captaron alrededor de 5.000 millones de euros entre la subasta de obligaciones y la que llevó a cabo el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).

Del mismo modo ha manifestado que ni España tiene problemas de solvencia ni Italia padece un déficit que justifiquen el acoso sufrido. Además de explicar que es una situación de pánico que ha echado del mercado a inversores institucionales como fondos y planes de pensiones y ha dejado solos a los especuladores, por lo que parece que son los inversores especulativos, campando ahora a sus anchas, los que ejercen una presión de carácter exacerbado sobre la deuda soberana de los países en riesgo.

En esta tesitura, Jose Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno, se ha reunido con Elena Salgado, vicepresidenta económica, la cual ha manifestado que "los mercados deben saber que el Ejecutivo hará lo necesario para garantizar la estabilidad", justo antes de hacerlo con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. En esta reunión bilateral, Zapatero pidió a Europa una respuesta "firme, articulada, clara y rápida", mientras que el belga no descartó una cumbre extraordinaria de la Unión Europea para este viernes.


Según EFE, fuentes diplomáticas holandesas y alemanas son reticentes a la celebración de dicha reunión, pero todo parece apuntar a que finalmente tendrá lugar, pese a que el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, ha respondido con un escueto "sin comentarios" a una pregunta similar durante la rueda de prensa que cerró el Consejo de Ministros de Finanzas de la UE, en el que se ha aprobado un plan de emergencia para Grecia.

En la preparación del mismo, los minsitros de finanzas de los países participantes no se han puesto de acuerdo en la posible participación del sector privado en el segundo rescate del país heleno. Eso, unido a la incertidumbre creada sobre la solvencia y fortaleza del sistema financiero europeo hace que la tensión de los mercados sobre la eurozona cada vez mayor.

En referencia a este asunto, la Comisión Europea confía en que los nuevos tests de estrés, junto con una respuesta rápida a la recapitalización de las entidades que los suspendan, servirán para aplacar a los mercados. Las declaraciones del comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn en las que asegura que "unas pruebas de esfuerzo rigurosas, seguidas de una actuación ágil cuando sea necesario, serán un elemento esencial de nuestra respuesta global (a la crisis) y contribuirán a contener las actuales turbulencias que vemos en los mercados financieros", se manifiestan en este sentido.

Según Rehn, la crisis de la Unión Europea es una "combinación de problemas con la deuda soberana y debilidades en el sector bancario" que no se pueden resolver "una sin la otra".

El viernes 15 de julio se conocerán los resultados de las pruebas de esfuerzo de 91 entidades europeas, entre ellas 25 españolas, que suponen el intento más ambicioso de medida de la situación del sistema financiero de la Unión Europea y que, sin duda, tendrán una gran importancia en el devenir de los acontecimientos económicos en la eurozona.

lunes, 11 de julio de 2011

El Atlantis pone fín a una era espacial


Medio millón de personas calcula la NASA que se desplazarán el próximo viernes hasta la zona costera y pantanosa en la que solo sobresalen los edificios y las plataformas de lanzamiento de Cabo Cañaveral (Florida). Será la última oportunidad de presenciar un espectáculo tecnológico impresionante: el lanzamiento de un transbordador espacial (STS). La partida del Atlantis está prevista para las 11.26 hora local y la mayoría del público se concentrará -como en las grandes ocasiones allí- en los alrededores del Centro Espacial Kennedy, para ver el ascenso de la mítica nave por el cielo, con sus cohetes echando fuego. Será el lanzamiento número 135 y el último de un transbordador. Cuando el Atlantis y sus cuatro astronautas regresen a la Tierra 12 días después, habrá acabado una era espacial que ha durado 30 años.

"Me gustaría aplazar la emoción hasta el momento en que paren las ruedas en la pista de aterrizaje [al volver]: creo que en ese momento nos llegará a todos la sensación del final", dice el comandante de esta última misión, Christopher Ferguson.

La decisión de acabar con los transbordadores se tomó en la NASA a raíz del accidente del Columbia, en 2003, dando un plazo para completar con estas naves la construcción en órbita de la Estación Espacial Internacional (ISS).


Accidente del transbordador Columbia en 2003, emitido por la ABC.

Su enorme complejidad -un transbordador tiene más de dos millones y medio de piezas móviles-, su alto coste y su peligrosidad condicionaron la decisión. Pero todavía ahora se discute en la NASA sobre la oportunidad de dicha medida, sobre todo teniendo en cuenta que, a partir de ahora, y hasta que dentro de cinco años no estén listos los nuevos cohetes y cápsulas que está desarrollando la industria privada estadounidense para ir a la ISS, los astronautas de Estados Unidos tendrán que viajar como pasajeros de pago en las cápsulas rusas soyuz. Para algunos es casi un deshonor. Mientras tanto, la NASA, siguiendo el plan del presidente Obama, busca su nuevo horizonte en futuras exploraciones más ambiciosas: asteroides, la Luna y, antes o después, Marte.

"El gran legado del transbordador es que, aunque no ha logrado que los vuelos espaciales sean como pretendían sus diseñadores, sí los ha hecho mucho más accesibles que cualquier otro vehículo, ruso o americano, hasta la fecha y creo que merecen el justo respeto", dice Michael Griffin, anterior director de la NASA, el que tomó la decisión de cerrar el programa. Desde luego, nadie cuestiona que un transbordador es un monumento de ingeniería.

En el Atlantis irán esta vez solo cuatro astronautas, en lugar de los seis o siete habituales. Es una misión rara, y aplazada varias veces. No se contaba con que llegase a despegar a no ser que lo exigiera una emergencia en el vuelo anterior, que iba a ser el último, y tuviera que ir a rescatar a los astronautas refugiados en la ISS. Pero finalmente se aprobó financiación extra y se decidió hacer esta última misión de carga.

En la bodega del Atlantis van varias toneladas de suministros y repuestos para la estación y se traerán piezas sobrantes allí. Como en esta ocasión no queda ningún transbordador más en activo (el Discovery y el Endeavour se preparan ya para su exhibición en museos), para una emergencia se cuenta con las soyuz. Si en el lanzamiento se produjese algún desperfecto grave en el transbordador, los astronautas se refugiarían en la ISS y volverían en las naves rusas. En estas condiciones, mejor que sean solo cuatro: Ferguson, Doug Hurley, Sandra Magnus y Rex Walheim.

Pese al ambiente de desmantelamiento, la NASA sigue procedimientos normales para la última misión del Atlantis. "Todo el mundo hará su trabajo tan perfectamente como siempre", comenta Mike Leinbach, director de lanzamientos. "Pero sí, todos sabemos que se acerca el final; lo sabíamos desde hace tiempo, pero ahora quedan solo unas semanas, no años, y los ánimos son cada vez más sombríos".

En el momento en que aterrice el Atlantis de regreso y llegue la emoción final que dice Ferguson, quedarán atrás tres décadas de un programa espacial controvertido y se recordará a los 14 astronautas muertos en los accidentes del Challenger (1986) y del Columbia (2003).



Accidente del transbordador Challenger en 1986, emitido por CNN Live.

*Fotografía 1: Mapa de la zona de Cabo Cañaveral extraído de Wikipedia.
*Fotografía 2: Transbordador Atlantis sobrevolando el mar Mediterráneo.